AGNEL...
en el plano celestial Agnel pasaba por un grave juicio debido a que había faltado a los mandatos, el destino de Malú era morir ese día, ese era su final, pero el amor de su guardián hacia ella, era tan grande que afrontó el destierro con tal de verla vivir un poco más. Los altos mandos angelicales (La séptima legión celestial) le dieron uno de los veredictos más severos que podían dictarse, el destierro a la tierra; debía vivir como un mortal, estaba condenado a perder su esencia divina poco a poco hasta convertirse en un hombre de carne y hueso. Así que fue lanzado al planeta de los humanos con lo poco de tenía puesto, era todo desconocido para él a pesar de que cada día hacia recorridos enteros por la ciudad acompañando y cuidando a Malú, cada sensación y contacto con lo material le despertaba emociones nuevas. En medio de su tragedia, había un punto adicional para su angustia, el pidió que perdonaran a su protegida, así que la corte de ángeles le dio un plazo de veinte ciclos para que la chica pudiera cambiar y apreciar lo verdaderamente importante en su vida, esta era la última oportunidad de Malú, de lo contrario, su destino de desaparecer de la paz terrestre, se cumpliría.
En medio de la estadía de Agnel en la tierra, un muy buen amigo suyo: Orlo, decidió tenderle la mano a pesar de que múltiples castigos pudieran caer sobre él. Le ayudó a manejar sus nuevos comportamientos humanos, las reacciones que su cuerpo comenzaba a provocar, dado que los ángeles no poseían un sistema tan complejo como nosotros; ellos no tenían muchas de las necesidades mortales. En medio de este proceso el salvador de Malú consiguió un lugar en la casa de los Mazza; en la casa de Malú desempeñándose como jardinero, ya que todos se iban por el oscuro ingenio de la joven.
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